María yo te quiero...
Hola María:
Hace unos días que nos dejaste y ya te
estamos echando de menos. Hay que ver la alegría que sentimos cuando nos
encontramos todos después de unos días sin vernos, que vamos hacer ahora cuando
tu no estés.
Como olvidar esa serenidad que tú dabas ese saber estar en cada
momento esa belleza tan serena era tan agradable sentarse a tu lado, para
mí era estar sin darme cuenta, al lado de una persona muy excepcional.
Siempre recordaré las palabras tan bonitas cuando yo te decía que pena de ser a analfabeta, y tú me respondías,
es la última vez que quiero escuchar que eres una
analfabeta, tú no eres ninguna analfabeta. Gracias María,
muchísimas gracias.
Ahora solo ese gran recuerdo de la ilusión que yo sentí,
y la gran pena que siento hoy de no poderte decir otra vez gracias.
Allá donde estés habrá llegado la serenidad que nos llenaba
tanto a nosotros cuando dabas golpecitos en la mesa por que te molestaba mucho no poder escuchar, por que todos los días aprendías
algo nuevo, que buena lección nos dabas de tu sabiduría, de esa edad que no pasó
en balde.
1 comentarios:
Querida Feli, tu carta me ha emocionado profundamente. Es un sentido y merecido homenaje a una amiga, compañera, y sobre todo, una gran persona.
Me recuerda el sabio proverbio:
"No es más grande el que más espacio ocupa, sino el más hueco deja cuando se va"
¡Que Dios te bendiga, María!
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